ECOLOGISMO E IRRACIONALIDAD. CÓMO DESTRUIR LA DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE.

El Futuro de la Socialdemocracia ECOLOGISMO E IRRACIONALIDAD. CÓMO DESTRUIR LA DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE. 1. Durante el período neoliberal, el movimiento de defensa del medio ambiente ha pasado por una transformación en cierta forma comparable a la sufrida por el movimiento de emancipación de la mujer. 2. El movimiento feminista o de emancipación de la mujer basado en problemas y objetivos reales fue progresivamente impregnado por la irracionalidad posmoderna hasta convertirlo en lo que ahora conocemos como payasada posmofeminista. De forma similar, el movimiento ecologista o de defensa del medio ambiente, inyectado también por la irracionalidad posmoderna, se ha transformado progresivamente en el posmoecologismo, que día a día va convirtiéndose en la base ideológica fundamental de un amenazante ecofascismo. 3. La irracionalidad posmoderna está destruyendo el movimiento ecologista, si no lo ha destruido ya. Y la base conceptual de esta irracionalidad está bien localizada. Se trata del catastrofismo ecológico. 4. Las teorías sobre crisis climáticas que van a acabar con la civilización no son nuevas y tuvieron su relanzamiento a través del Club de Roma (muy ligado a la oligarquía corporativa norteamericana) en los años 70 del siglo XX. Los problemas medioambientales se transformaron en amenazas apocalípticas que, fundamentalmente a partir de los años 90, fueron convirtiéndose en hegemónicas, destruyendo así las bases racionales del movimiento de defensa del medio ambiente. 5. Poco importaba que las sucesivas amenazas de catástrofes medioambientales –desaparición de la capa de ozono, agotamiento del petróleo, etc.- se incumplieran sistemáticamente para los años 90. Rápidamente eran sustituidas por nuevas amenazas que también se incumplían. Más recientemente, los plazos son suficientemente largos para permitirnos utilizar el catastrofismo durante un par de generaciones antes de comprobar si la amenaza es o no real. 6. El problema es que, a través del catastrofismo climático, las élites occidentales disponen de un arma extraordinaria para la permanente manipulación de la opinión pública. Cualquier disparate se justifica para “salvar el planeta”. El pánico inyectado durante décadas en los ciudadanos lo justifica todo. 7. Las élites corporativas utilizan a placer la amenaza climática cuando les interesa (vehículos eléctricos, financiación de las energías renovables, ciudades de quince minutos, restricciones a la movilidad, restricciones al consumo …). Y la olvidan cuando no les interesa (vuelta al carbón cuando hace falta, consideración de la energía nuclear o del gas natural como energía “verde”, …). 8. Las contradicciones radicales y permanentes de gobiernos y grandes corporaciones ante las supuestas catástrofes climáticas son evidentes. Pero la defensa del medio ambiente ya no atiende a razones. Se basa en el pánico provocado por el catastrofismo y en la permanente manipulación de la opinión pública. 9. Este ecologismo irracional o posmoecologismo se ha convertido en un instrumento de tanta fuerza para las élites corporativas que, cada vez más, se apunta al mismo como base de la amenaza del “ecofascismo”, que un importante sector de las grandes corporaciones parece estar preparándonos para el futuro. Una sociedad con severas restricciones a los derechos civiles y al nivel de vida de los ciudadanos, que serían obligados a aceptarlo “para salvar el planeta”. 10. Como en el caso del posmofeminismo, la socialdemocracia debe apostar por la defensa de los intereses de los ciudadanos a través de la racionalidad en la protección del medio ambiente. Y ello implica un enfrentamiento directo con la irracionalidad posmoderna del ecologismo actual y, por supuesto, con las continuas amenazas de evolución hacia el ecofascismo. PDF:
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