Tú, sentada en una silla,
yo, de pie con expresión de lord.
Tú, desnuda y con sombrilla,
yo, vestido pero con calor.
Tú, con uñas y con dientes,
mirándome de frente
con brillo de matar.
Yo, retrocediendo un poco,
llenándome de un loco
deseo de sangrar.
Tú, besando tus rodillas,
yo, discreto pero sin rubor.
Pero tú, creando maravillas,
yo, soñándome esquimal sin sol.