Me caigo y me levanto (Julio Cortázar).

Nadie puede dudar de que las cosas recaen, un señor se enferma y de golpe un miércoles recae un lápiz en la mesa recae seguido las mujeres, cómo recaen teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer pero lo mismo está sujeto sobre todo porque recae sin conciencia recae como si nunca antes un jazmín para dar un ejemplo perfumado a esa blancura ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? el mero permanecer ya es recaída es jazmín entonces y no hablemos de las palabras esas recayentes deplorables y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada contra lo que pasa, se impone pacientemente la rehabilitación en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda en los poemas de Pérez, en Pérez todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante pero el problema, para nosotros lo que
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